22 jun 2010

En cieto momento de la madrugada...

Y ahora… ¿quién GANA?

He notado, dentro de muchas momentos obvios que poseen todas las películas de género romántica/comedia, que existe una que resalta a simple vista y que o le dedicamos mucha importancia (por que la tiene) o la pasamos por alto (igualmente se la merece)que es EL FINAL.

Cada culminación tiende a desembocar en 2 clases: FINAL FELIZ (clásico, usado en él %95 de los casos por su efectividad en el campo de la ternura y enternecimiento) y FINAL MALO (el temible, crudo, duro, real, que nos muestra la verdadera naturaleza de las personas, sus decisiones y acciones).Y yo me pregunto porque debe regirse de este modo? Claro que la mayoría aceptaría el FINAL FELIZ ya que abarca ciertas virtudes que uno ve atractivas: es bueno, es accesible, es alegre, es más fácil, es simple, es...feliz… (y a uno lo inunda una catarata de buenas sensaciones y sentimientos y desde ese momento se genera una etapa muy peculiar y corta desgraciadamente, en la cual nos sumergimos en una especie de sueño vespertino que bloquea nuestra visión del mundo y nos da solo a considerar la diapositiva ´´feliz´´)

Su contrario nos da la idea de infelicidad, de las complicaciones(la gente de estos tiempos quiere que la vida sea más simple, no quiere vueltas, ni rollos por que después se amarga y le sube la presión, típico comentario de ´´jovencitos´´ de la tercera edad, y ojo que no pretendo ofenderlos ya que es verdad y no me lo pueden negar),desgracias, tristezas; innumerables aspectos negativos que la gente les huye; hay personas sin embargo que lo prefieren porque lo encaran como algo que a la larga es bueno(valga la redundancia),como una cachetada que los hace decirle adiós a ese estado de sueño inmerso que producen la imaginación de los cineastas.

Ni nombremos a los finales INCONCLUSOS, eso sí que nos pone verdes, no hay nada peor que ya con el hecho de que los finales este condicionados además no concluyan, porque esa es la finalidad de un final, ser fin y no hay vuelta a atrás(solo mirar hacia adelante).Es tediosos encontrar esas historias atrapantes que a uno lo tienen pegado a la pantalla y no puede despegarse solo para darse cuenta que en el tan esperado final, la tan esperada escena(de 5 seg de duración)que esta por aparecer es brutalmente sustituida por los odiosos créditos(estoy completamente de acuerdo con que aquellos que contribuyeron en la realización del film sean valorizados correctamente, pero justamente no en ese momento de clímax).Corta irrespetuosamente la trama y deja a conclusiones abiertas o a ´´comprensión´´ del observador(sin creérmela de productora, no debería la película explicarse sola?, sino creo que todos deberíamos considerarnos estrella y directores y montar nuestras propias películas que solo nosotros entendemos…)

Pero estos finales están condicionados y no debería ser así, sino se volverían (y lo son)aburridos y monótonos, algo que en teoría es peor que inconclusos, malo o buenos. Se volvieron predecibles, ya sabemos que giro va a tomar o de que se va a tratar del momento que leemos el titulo de la película/novela/libro/articulo/etc. Perdieron poco a poco su sentido atrapante, el maravilloso suspenso, la indecisión, perdieron, en simples palabras, su esencia…

Convengamos que deben ser simples porque si no se enredarían y no llegarían nunca al grano pero hasta que uno no los ve, no se da ni una idea de cómo puede terminar y eso es lo más importante de un final. Uno se siente tan dentro de la historia, es tan vivida que juega en el papel de protagonista y toma sus propias decisiones (ajenas al film, claro),y luego las compara y ve que podrías haber sido o es diferente y genera un placer y un disfrute que da gusto.

No solo tomemos los finales de Hollywood, sino acerquemos nos a algo mas propio , nuestros propios finales y veremos peculiaridades que nos aterran como desconciertan, así también como irritan y enloquecen. No hemos aprendido (la mayoría de nosotros)a comprender que en la vida todo tiene su momento y cuando ha pasado no se recupera y terminamos creándonos patológicamente un miedo al FINAL que es inconcebible, siendo sincera.

Otro factor de riesgo para condicionarlos es nuestra sociedad, que no tengo idea de porque tiene inculcada la eterna dicotomía entre el bien y el mal. Una persona que ha vivido bien toda su vida y luego sin previo aviso le sucede algo malo, se siente inmediatamente destrozado, anonadado, frágil, sin saber que ocurrió y enojándose con el mundo entero(la culpa solo recae en nosotros, no puede culparnos de ese hecho que ocurrió y seguramente estaba destinado a ocurrir o no),algunas personas(optimistas o completos tontos creo yo)lo ven como una ´´experiencia de vida´´ o (y soy consciente porque lo padezco)culpan al Síndrome del: EL QUE QUIERE CELESTE QUE LE CUESTE. Por qué?!Cuando alguien tiene una buena racha en la vida, algo malo debe ocurrirle OBLIGATORIAMENTE (llámenlo destino, karma, venganza de alguien o algo que no les compete a Uds., etc. ) y uno o se desespera porque si va a lograr éxito y luego se le va a desplomar cual torre gemela, para que esforzarse (llegas a este tramo con un autoestima critico, en coma 4)o vive su vida aprendiendo que si disfruto de algo, si algo logro con éxito, si algo le ocurrió bien; va a tener que rendir cuentas con el destino(malicioso ser que se cobra y de lo lindo nuestras acciones) y va a comprender que en la vida nada es fácil porque si lo fuera seria un simple final feliz…

Cabe cuestionarse a quien le devolvemos ese ´´favor´´ que hemos tomado prestado del destino. Creo que no es más que una jugarreta del mismo que desea que valoremos esos momentos felices y en los malos sepamos hallar lo bueno y darle un verdadero valor puro a lo sucedido .Es frustante claro porque todos desearíamos una vida simple, pero feliz, tranquila pero con sus complicaciones sino no se disfrutaría a pleno lo bueno.

Y vivimos en un estado de INCONFORMIDAD INSOPORTABLE. Si vivimos porque vivimos, si morimos porque morimos y si no vivimos ni acabamos de morir somos INFELICES. Entonces la vida ve esto y dice : “a no! esta es la gota que derramo el vaso!”,se vuelve loca, después de un par de paracetamol se calma, respira hondo y dice ´´bueno, vamos a obsequiarles algo para que aprendan a apreciar aun mas y se vuelvan menos egoístas, eso les va a ayudar a encontrar la belleza en lo más sencillo y que el egocentrismo solo conduce a la avaricia, la soberbia y la soledad, claro, al vernos quejándonos como niños/as mimados todos el día, y aun sin ver esta enseñanza que nos da la vida, somos más que idiotas(y perdonen el vocabulario, incrédulos antes los milagros que nos rodean)si todavía berrinchamos. Nos escudamos en que la naturaleza humana es de esta forma y no hay vuelta que darle, y hasta cierto punto es verdad, pero luego llega nuestro “toque personal”(nuestra manera de influir y hacernos ver ) como personas y como sociedad, podemos lograr sacar algo humano de todo y no es solo un mensaje de aliento(típico de una campaña ecologista, sin ofender, mil disculpas)o una guía espiritual(que son puras habladurías y terminamos pagando fortunas al psicólogo porque no era lo que esperábamos),es una señal de alarma para que dejemos de ser tan obtusos y miremos de frente a la realidad y le digamos :”si, tienes tus cosas buenas y malas, pero las aceptamos” .Y nos bancamos a muerte esa promesa con nosotros mismos, porque en ultima instancia sabemos que habiendo hecho este compromiso y aun padeciendo la mala racha que nos tocó ,los que pierden son ELLOS.













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